lunes, abril 02, 2007

Romancero español del siglo XVI, que escribi hace cuatro dias




Había una vez un joven gallardo y valentón que después
de mucho andar por los caminos, pensó que a su vida
llena de ajetreos y correrías, le hacia falta un poco de saborcito,
busco salsas, las mas picosas del reino; de jalapeño se comía un taco, el chipotle era su perdición, pero el chile habanero era su mas negra, laxante y temida maldición.

Aún así y en su largo trajín por las veredas pensó. . .
acaso será que me haga falta una bella damisela?
unas pompitas hermosas que me acompañen por el reino?

Así comenzó su búsqueda pero sin éxito alguno,
todo era llano y caminos desiertos; con polvo y mujeres feas
de traseros salidos del mas terrible infierno,
cosas espantosas que harían caer al más gallardo de
los gallardos ! Al más machote de los machotes !! Al más
recoge cascajo de los recoge cascajo !!!

Nuestro querido héroe sintiose desfallecer, hasta que
un día, -un bello día-. El Ada de la mañana le susurro al oído:
Joven y valiente guerrero, a ti te esta encomendada la ninfa de ninfas, la hermosa de hermosas, pompita de pompitas.

Fue ahí cuando nuestro mancebo amigo por primera vez sintiéndose feliz y deseoso de conocer a esa mamacita, digo, cual mamacita, hermosa de hermosas!!! Del reino Ninfi, cuya reina era el trasero mayor y no tonterías.

El atrevido gallardo, pensó en complacer a esta
agraciada moza con un suave poema salido del mas profundo
resquicio de su corazón y canto al aire diciendo:

Ninfa de ninfas,
hermosa de hermosas,
heme aquí tu gordo
gallardo y rico
pa`que me sabrósias....


Pero la mas bella de las ninfas ocultando el rostro y alargando la vista, esbozó una suave sonrisa, claro a ocultas todas las miradas. El valiente caballero temió una partida de la doncella así que tomose fuerza de Goliat, armose de valor como Sansón ante los filisteos y quedose solo -solo-, solo como el Coronel Buendía frente al pelotón de fusilamiento y dijo...

Hermosa guapota, pompi de pompis, sabrosa de sabrosas,
he aquí a tu humilde vasallo rendido a tus pies,
hacedme el honor gentil y bella dama de abrazar entre
tus pechos hermosos e inmaculados a este siervo tuyo
caído en desgracia por la premura del destino, acoger
a este vil guerrero entre tus muslos de alabastro y
que este -Yo-, tu fiel esclavo reconozca tu trasero
como suyo, que tus pompis sean tuyas y mías y que
arrimemos con amor y velocidad un destino rompechón.

El cielo se nublo en ese instante, -mala cara de un
presagio-.
Pero la ninfa sonrió y dijo
con voz tierna y fresca de mañana:

Oh cual joven guerrero yo te admiro y te venero,
sean mis pompis tuyas y mías, que el destino nos cobije
como mis piernas a tu cinto y que no haya mas tristeza en tu corazón,
que mis pompis serán tu regazo, que mi pecho dulce y alabastrino enrolle tus labios capulinos, y mis besos sean para ti, almohada de un mañana.

Así nuestro joven amigo sintiose feliz e
iluminado y grito al cielo:

--Ninfa hermosa: El amor a la camiseta,
hasta no verte en brassier mi alma!!!--



Y caminaron por el sendero de los justos,
el camino que siempre apunta hacia el sol
y se dejaron ser:
mamasota y guarro
ninfa y apachúrro.


"Y fueron felices para siempre".