sábado, abril 30, 2016

Nada mejor para una mujer despechada que unos dientes que deslicen tus ropas, con labios que suavicen tus muslos y den purpura humedad a tu entrepierna, buscando el secreto de tu felicidad.Que unas manos que abracen tu cadera, que se afiancen a tus pechos como tablones salvavidas, de oídos que escuchen tus cánticos al cielo y unos ojos que te miren cuando te vayas y regreses de ese olvido. Una mujer despechada necesita labios para posar cuerpo, quien defina su contorno, ojos que miran la tormenta de su pelo. ¿Qué papilas conocerán sus sabores de esos abrazos que terminan con suaves gemidos al oído manos que la arrastran antes de iniciar la partida para el último encuentro furtivo? Besar su espalda en minucioso encuentro, descubrir tu ropa con mis dientes y recrearme en tus caderas, llenas de fuego de ese que enciende con sólo traer al recuerdo. Vientre firme y dormido, deseado,besado y al acecho. Proveer de una humedad que cubra el cuerpo, que sepa tu nombre y tus deseos, que sepa como brillan tus ojos en el cielo, como se escucha tu último suspiro, el sabor de tus misterios.